La fecha más significativa para la historia de los juegos de azar ecuatorianos es el 7 de mayo de 2011, este es el día en que, tras un referéndum, los juegos de azar fueron declarados ilegales a partir del año siguiente. La prohibición, sin embargo, se refiere expresamente sólo a los casinos terrestres, mientras que la posición de los casinos en línea es más controvertida. En realidad, dejando de lado el hecho que en la prohibición no se incluyen los casinos ubicados dentro de hoteles de lujo, según la interpretación más aceptada generalmente, no existe ninguna prohibición sobre los casinos en línea pero al mismo tiempo no existen autorizaciones que permitan calificar un casino como legal.

Asimismo, para los ciudadanos ecuatorianos que quieren apostar, no existen reglas ni obstáculos de tipo tecnológico que les impidan acceder a los casinos extranjeros para jugar a las cartas, tragamonedas o a la ruleta, por ejemplo, o para apostar en los eventos deportivos. Por este motivo, estas actividades son generalmente consideradas plenamente legales. El reverso de la moneda, sin embargo, está representado por el hecho que los ciudadanos ecuatorianos no gozan de ninguna protección por parte de las instituciones nacionales. En el caso de que un usuario fuera víctima de fraude o de otros comportamientos incorrectos por parte de un casino, no podrá acogerse a ninguna ley nacional. Esto implica la necesidad de una mayor atención en la elección de los casinos donde jugar.